El rio era implacable, las voces del pasado rebotaban al ritmo agitado de las presipitaciones del agua, miles de voces... si las recuerdo claramente murmurandote al oido mientras la brisa intentaba tumbarte, asi eran las cosas en la playa del rio, la imagenes podían ser mortales; sin embarago la esplendida figura del gigante seguía erguida invariable a los cambios del ambiente, tan blanco y paciente como el primer dia que la desgracia lo dejo ahi sembrado y perdido para siempre.El gigante con el pasar del tiempo se torna mas ansioso, busca frustrado entre las algas un hoyo enorme que lo succione, debe estar ansioso porque sabe que tarde o temprano tendra que irse a encontrarse cara a cara con la desgracias para agradecerle o maldecirla, sea cual sea el caso, el agua parece contagiarse de esta ansiedad y se torna aun mas obediente a sus gigantescas pisadas, que la hacen revotar hasta su blanca y tersa espalda, combina con paciencia y disciplina su respiracion nerviosa con las ondas que se tornan tan vibrantes y grandes que casi llega hasta la orilla.
a pesar de que no se puede llegar al rió fácilmente de lo ansiosa que parece el agua, es inevitable sentir la necesidad de apreciar la hermosura del gigante jugueteando con el agua y del agua jugueteando con la ansiedad, espectáculo hecho para los valientes, y para los que crean en la hermosura sin frivolidad; el agua sube impulsada por al fuerrza descomunal de sus pies y cae majestuosamente en su espalda, hombro y cabeza, el afortunado resto de agua que queda en su caabeza se resbala agraciadamente entre su cabello caoba, recorre la frente ardiente y se desliza por las exaltadas cienes, algunas desembocan en los labios, curvilíneos, finos, temblorosos, y caen al abismo de su boca abierta dispuesta a devorarse a toda la humanidad a cambio de su tranquilidad; mientras tanto su espalda marmorea se estira y encoge gozando de la frescura del agua recien agitada, su bella e imensa espalda..., sus piernas enomes e inestables luchan contra la corriente que en vez de intentar derribarlo parece acariciarlo, su vientre aun mas balnco que su esplada deja expuesto su entrecoratda respiración, que parece apaciguarce con el agua que se le cuela en la nariz. cuando intenta hablarme la bruma hace borrosa la imagen exaltando la blancura del gigante que parece un hermoso faro de un apartado lugar donde los barcos aun funcionan a vapor.
Mientras mis ojos al otro lado de la nostalgia y de la cortina de peces amarillos, luchan para no empañarse, mientras mi cabeza se exalta, mientas el gigante exita el agua y veceversa y los dos a mi, mis manos luchan contra el sudor, y mi piel contra el contacto del agua tibia, mis recuerdos contra mi imaginacion y el mundo contra nosotros, sin miedo a ser tragica diria que, la arritmia gigante que pedazco es el resultado de que los alcantarillados aun sean tan debiles como para traer el rio de mis sueños a tu ducha.
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